lunes, 11 de abril de 2016

SCOTT KINABALU 3.0


Necesitaba comprarme unas zapatillas de trail para acometer entrenamientos rápidos y alguna que otra carrera. Reconozco, que soy asfaltero, pero siempre me ha gustado meter una vez a la semana, un entrenamiento por monte, sin mucha dificultad técnica. Además, cuando he participado en alguna carrera de trail, he disfrutado y se me ha dado bien.
El año pasado, compré las NB Leadville y la verdad que muy contento. Zapatilla cómoda, amortiguada, y que para entrenar suave, sin ritmos exigentes o para hacer alguna ultratrail son muy buenas.
Después de ver comentarios sobre muchas zapatillas de trail, decidí comprarme las Scott Kinabalu 3.0. A continuación, y bajo la visión de que no soy un experto en las zapatillas de trail, cuento mi análisis.
Talla: 42.5 (9 USA)
Peso: 280 gr.
Horma: normal, ni estrecha ni ancha (y tengo el pie estrecho)
Ojales: ojal redondo, que le da aspecto retro y muy cómodas para atar. Suelo usar hasta el último ojal, para sentir el pie bien sujeto.
Suela: Scott. Sinceramente, no distingo entre la vibram y ésta, para mí, en condiciones de seco, mismo agarre.
Seguramente, habrá más datos técnicos que se me escapan (drop, mediasuela,…), porque para mí, lo importante son las sensaciones corriendo.


RUTA: Había planeado hacer una ruta de unos 21 kms, de sube y bajas constantes y alguna subidita importante.
Me calzo las zapatillas y las primeras sensaciones son muy buenas de comodidad absoluta, y ningún problema con las costuras ni con la puntera. Los primeros 4 kilómetros son de asfalto, hasta llegar al monte y voy marcando buenos parciales, sin quererlo. Primeros kilómetros entre 4:20-4:30, y no sólo voy rápido sino la sensación de que se les pueden exprimir todavía más en asfalto. La comunión con las zapas es total, mecánica eficiente de pisada, dejan flexar y no modifican la forma de correr (con otras de trail, por el peso y estructura había notado que me modificaba mi manera de correr asfaltera). Llego al monte, primeras subidas con piedras sueltas. La sensación es brutal, pico puntillas para exigirles subiendo, me noto muy cómodo, ritmos controlados de 4:30-4:45 , que subiendo está muy bien. Llego a la primera de las subidas fuertes y respondo bien, sin subir de pulsaciones y deseando  llegar a la bajada para ver como se comportaban. 
A mí, me encanta bajar, no sé si tengo buena técnica o no, pero disfruto mucho, no voy con miedo. Mi técnica está basada en tener un tobillo reactivo, en ir dando pequeños saltitos como “bailando” cuidando mucho las trazadas. Para esta forma de bajar, necesito unas zapatillas que no me “embutan” el pie, y que me lo dejen libre. Equilibrio entre sujeción y libertad, allí está el quid. Pues que decir, IMPRESIONANTES. Vaya mañana llevo, como cuando descubres el amor por primera vez. Voy sonriendo y gozando en esta ruta. 
Últimos kilómetros de llano y asfalto y decido darme un  homenaje. Marco los últimos 3 kilómetros en 4:04, 4:07 y 3:58. Al final, 21.40 kms  a una media de 4:32. Los últimos 2kms voy soltando y trotando para casa.
CONCLUSIÓN: Zapatillón. Recomendado para todos los asfalteros que les guste hacer escapadas por el monte e incluso exprimirse en él. Serán las elegidas para mis competiciones en monte.

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