El 12 de marzo corría la media de mi ciudad, Zaragoza. Llegaba algo cansado ya que los kilómetros de carga van pesando de cara a afrontar la maratón del 2 de abril. Además venía de batir mi marca en la Media de Tudela (1:18:31) y llegaba esperanzado de volver a batirla.
Salió el domingo caluroso y con algo de viento.
Calentamiento previo, saludando a amigos y conocidos y me dirijo a la línea de
salida. Compartir cajón con la gente que admiras de siempre es un honor.
3,2,1… Y a correr. Se sale muy rápido y me veo
contagiado. Decido salir valiente, a arriesgar. Primeros kilómetros en 3:32,
3:32, 3:38, 3:34, teniendo muy cerca a los que de verdad corren. Porqué no
decirlo, me sentía orgulloso de estar ahí. Siguen pasando los kilómetros,
mantengo ritmos altos entre 3:39 y 3:45 pasando el kilómetro 10 en 3:37,
acercándonos a pasar por primera vez por meta.
Empiezo a notar pesadez en piernas y que no voy tan
fino. Del 10 a 15 voy perdiendo ritmo, me van pasando compañeros y siento que
la salida ha sido muy rápida. No me fustigo, mi cabeza se va directamente al 2
de abril. Decido sufrir lo justo y bajar ritmos.
Acabo algo mejor, pero al final paro el crono en
1:22:04, puesto 81. No estoy contento del todo, pero otra carrera más que me
sirve de aprendizaje.
Lo peor, la muerte de un compañero, Juan Murillo,
Descansa en Paz…
No hay comentarios:
Publicar un comentario