Después
de una semana de nervios, ilusión, de entrenamientos suaves, llegaba el fin de
semana que me iba a enfrentar al último y más importante reto de la temporada:
La Maratón de Valencia.
El
objetivo, claro no, clarísimo, intentar ser Sub 3. Para los que corremos
maratones, es la cifra maldita que todos deseamos romper. Además, después de
Londres que me faltaron 53 segundos para conseguirlo, tenía muchas ganas de
volverme a enfrentar a este reto.
Al
final, el viernes viajé solo, ya que a Leyre, le llamaron a última hora para
trabajar el sábado. Ella también viviría su propia maratón, ya que al terminar
de trabajar cogió un autobús de madrugada, se clavó 6 horas en autobús, y así, poder
llegar a tiempo y verme realizar este sueño. Nunca se me olvidará.
Llegué
el viernes por la tarde, telefoneé a mi amigo Francisco Masa Maroto (Paco para
los amigos), del equipo Trotabirras de Palencia, que también venía a correr la
maratón. Paco, es un auténtico crack, ya había bajado anteriormente de las 3
horas, y el objetivo era ir juntos en la maratón y volver a bajar de las 3
horas. Además de correr, Paco y yo compartimos la afición de escribir (tiene un
fántastico blog llamado Millas y Birras)
y de rodearnos de buenas personas.
En
esta aventura echamos de menos a Rubén “Gorilo” y David Cordonie, amigos y
corredores, que por diferentes motivos no pudieron acudir a esta cita. El día
que podamos coincidir los cuatro se va a liar gorda.
Me
alojé en el Hotel Dimar, ubicado en la Gran Vía Marqués del Turia número 80.
Muy buen hotel, tanto por el servicio como por la ubicación, a 15 minutos
andando de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias (centro neurálgico de la Maratón)
y a 20 minutos andando del centro de Valencia.
Ese
viernes, fui a cenar a la Lambrusquería, una trattoria situada al lado del
hotel, en la calle del conde de Ametlla (calle donde no te quedarás sin comer,
por la cantidad de locales de restauración que hay). Trattoria con gran
encanto.


SÁBADO.
RECOGIDA DORSAL. Visita a la Feria para
recoger el dorsal, ver el ambiente y juntarme con Paco y los suyos (Silvia su
mujer; y el matrimonio formado por Vicente y María José). Después de recoger el
dorsal, Vicente y María José como buenos
Cicerones, nos hicieron sentir como en casa. Da gusto en la vida, coincidir con
gente así, que te hace sentir su cercanía y te trata como si te conociera de
toda la vida. Tomamos primero unas anchoítas y cervezas en casa Guillermo en el
barrio del Cañamelar. Nos enseñaron la zona de la Malva-Rosa, y nos llevaron a
degustar una fideuá de verduras a Ca´Pepico a
la taula i al vi, al primer crit!, Carrer del Mediterrani, Meliana. Exquisita
la comida y la compañía. Cuando se juntan estos dos ingredientes el resultado
siempre es espectacular.
Después
a descansar al hotel y velar las armas para la batalla.
DÍA
DE LA BATALLA. Madrugón, llega Leyre a las 5.30, le esperaba despierto y ya me
empieza a insuflar sus ánimos. La alegría fue inmensa. Ritual del corredor, y
para la batalla.
8.00
Reencuentro con Paco, templamos nervios y dejamos la mochila en el
guardarropía. Hubo cierto descontrol (lo único mejorable de esta grandiosa
maratón), pero lo subsanamos rápidamente. Parada en el baño y a nuestro cajón.
9.00
Salida conjunta de la 10k y la Maratón. Primeros kilómetros de nervios, de
colocación y no verse en ninguna caída que te fastidie toda la preparación
previa. Vamos mano a mano, sorteando compañeros. Pasamos el kilómetro 5 en
20:45 de mi gps y 21:05 de la organización, es decir, rápidos. Los siguientes
kilómetros los hicimos a buen ritmo entre 4:05 y 4:09 el kilómetro. Me extraña
que rompo a sudar muy pronto, será que los de la ribera del Ebro no aguantamos
bien la humedad. Buenas sensaciones y ganando tiempo en cada parcial. Kilómetro
10 en 41:21.8 de mi gps y 42:25 de la organización (siempre hay un decalaje
entre la distancia oficial y la que corres, habitualmente realizas más
distancia). Seguimos a buen ritmo , avituallándonos y yo, personalmente con muy
buenas sensaciones. Paso del 15 en 1:03:19 (pongo sólo ya el paso que pone en
la clasificación final) y 1:28:42 por la media maratón . En varios puntos
kilómetricos nos animaron Silvia, Vicente y Maria José , se notaron esos
ánimos. También nos animaron los miles de valencianos que salieron a la calle,
solamente decir que para los que corremos esos ánimos resultan fundamentales.
Kilómetro
25, 1:45:16; seguíamos manteniendo el ritmo y acumulando algo de renta. En el
kilómetro 26, ánimos de Leyre (vaya supercrack no descansaste nada ese día),
que luego vería en la meta.
Kilómetro
30. El principio del fin. Pasamos ese kilómetro en 2:06:49. Me noto que los
cuádriceps están ligeramente cargados, pero de “caja” iba muy bien. En el 32
veo que Paco me pasa y se pone delante con un grupo de corredores. Me doy cuenta
que no voy tan bien. Se gira varias veces para ver donde estaba, le digo que
tire que no se preocupe que voy a regular. En ese momento creí que iba a ser
transitorio y que me recuperaría. Hago el kilómetro 32 en 4:26, esperando
perder algún segundo que tenía de renta y luego a partir del 36 mantenerme. El
circuito a partir de ahí favorecía, dejaba de haber viento y picaba para abajo.
Kilómetro 33 en 4:37, me empiezan a adelantar compañeros.
Kilómetro
34 en 4:51 … Aquí me doy cuenta, que el sufrimiento no va a ser transitorio,
que voy lento y sobretodo, que voy mal. Kilómetro 35 en 5:03… Efectivamente, me
estaba comiendo el MURO. Kilómetro 36 en 5:07, 37 en 5:17, 38 en 5:16… Estos
kilómetros los definiría como SUFRIMIENTO Y DECEPCIÓN…
Marco
el peor parcial en el 39, 5:25… Había que detener la sangría y acabar
dignamente. Aprieto los dientes y con un correr nada grácil marco el 40 en 5:02
(todo un triunfo). A partir de aquí hasta el final, sólo puede decir que la
gente te lleva en volandas, ves a muchos compañeros pasándolo mal. Me acuerdo que
corrí, grité, animé a compañeros que iban más tocados que yo y dí mil veces las
gracias al público. Kilómetro 41 en 4:50, ya ves la bajada a meta, el 42 marco 4:51..
Los
últimos metros aún consigo pasar a gente, giramos a la izquierda y atravesamos
la pasarela sobre el agua que nos lleva a meta.
Tiempo
final: 3:07:08, Puesto 996. Sensaciones horribles.
Al
final, me encuentra Paco, que me comenta que él también ha sufrido mucho. Qué
placer correr contigo, de verdad.
Nos reencontramos con Leyre, Silvia, Vicente
y María José y ya nos despedimos hasta la próxima.
El
domingo por la noche con Leyre visita nocturna a la catedral de Valencia y
alrededores. Me ha impresionado en positivo Valencia.
El
lunes, desayuno espectacular y visita a la ciudad de las Artes y de las
Ciencias. Después, paella valenciana en la Malva-Rosa, en casa Marcelina (impresionante).
Y vuelta a casa….
CONCLUSIONES:
- Se escapa el sueño nuevamente, durante 32 kilómetros he disfrutado, he
vibrado. Luego el muro se ha llevado mi sueño. Habrá tiempo de estudiar qué ha pasado y
sobretodo, que hacer para que no vuelva a pasar. Voy a guardar un gran recuerdo
de esta maratón, por cómo ha estado organizada y por su gente.
Próxima
estación, que será la Décima, París…. Seguro, que volveré a intentarlo..