lunes, 24 de junio de 2013

12ª Media Maratón de El Escorial

El sábado empiezo la aventura de correr la Media Maratón más dura de la Comunidad de Madrid, que es la Media de San Lorenzo de El Escorial. Además, tengo el aliciente de que voy a conocer a mis amigos del foro de Mapoma, y que seguro, disfrutaríamos de un gran tercer tiempo postcarrera.
Llego al hotel, dejo las maletas y voy a comer a un italiano para recargarme de hidratos de carbono, como buen protocolo runner precarrera manda. Después, aprovecho para ver el Monasterio de El Escorial, que fue mandado construir por Felipe II en 1563, finalizando las obras en tan sólo 21 años , en 1584. Su construcción se produce como una acción de gracia, como conmemoración de la victoria acaecida contra los franceses en la batalla de San Quintín, el día 10 de agosto de 1557, día de San Lorenzo. Visita altamente recomendable, destacando la colección de pintura (Coxcie, Tiziano, Velázquez y uno de mis favoritos, que no de Felipe II, el Greco), la biblioteca y la Basílica.

La Basílica
A media tarde, me dirijo al hotel para descansar y planificar la carrera. Viendo el perfil, equivocadamente, planteo un ritmo de 4:15 para intentar bajar de 1:30. Aprenderé que una carrera de “montaña” no se puede planificar como una de asfalto.

                                                             
Llega  el domingo, desayuno temprano, y me dirijo a la salida a por el dorsal y para cambiarme. En la cola, me encuentro, con el primero de mis amigos del Mapoma, David Cordonie. Me cambio y hablo con varios corredores, entre ellos un redactor de la revista Planeta Running, que le llama la atención mi camiseta “tuneada” de la Maratón de Roma.
Empezamos a calentar David, un amigo suyo (Aaron) y yo, y nos encontramos , con el otro componente del foro de Mapoma con el que habíamos quedado , Rubén García  “el león de Plasencia”; que estaba calentando con su primo.

 
A las 9:30, puntualmente, con una temperatura de 20ºC , se inicia la carrera. El primer km empieza picando para arriba (pero no iba a ser llano?), mantengo ritmo de 4:15 y voy pegado a Rubén, mantenemos el ritmo hasta el km 3, donde se gira a la izquierda y empieza lo bueno, la subida al monte Abantos.



 El primer km de subida, hasta el 4 , voy aguantando a un ritmo de 5:20, pero a partir de ese km, empieza la subida dura. Me adelanta la gente, Rubén se marcha, hace calor, bajo el ritmo…. Mi cabeza se desata… qué hago aquí, las piernas  no responden, sudo demasiado y ni siquiera me consuelan las vistas de toda la sierra.  Normalmente adelanto yo a la gente, y ver como me estaban pasando, me hunde más, marco un ritmo de 6:30 en el km 6. Curvas paelleras, como en Alpe d´Huez, y calor y más calor; menos mal que en el km 7 llega el avituallamiento, bebo, me empapo la cabeza y uso el primer gel (cómo me vería). Es en ese momento, cuando se pone a mi lado un corredor de la zona, que me aconseja que vaya regulando que la subida se hace muy dura y que coronando en el Km 9 no se acababa la carrera, que había luego algún repecho más. En el km 8, no se el porqué, mi cuerpo y cabeza cambia, el terreno se hace menos indolente, las piernas van y marco un buen ritmo de 4:30; antes de coronar veo a 100 metros a Rubén, lo sobrepaso y le incito a tirarnos en la bajada, a lo que me dice que va muy justo , y continuo sólo.
Corono en el km 9 y empieza la pronunciada bajada, me viene a la cabeza Marco Pantani ( a veces la cabeza te sorprende) y literalmente, me lanzo a muerte… hasta el km 12 a ritmos que van de 3:30 a 3:45.. Paso a mucha gente y me pasa un corredor , al que le digo que cómo ha bajado tan rápido, y me contesta que ya le pillaré en las siguientes cuestas. Del km 13 al 16 , todo sube y baja a modo de dientes de sierra que machacan los cuádriceps y gemelos. En el km 17 dejamos a la derecha el Monasterio, y cuando crees que lo más duro ha acabado, te adentras en el pueblo sobre pavés ( me acuerdo de la Maratón de Roma), calles estrechas con mucha gente animando.


                                                                              Km 17


Llega al Km 18, curva a derechas y una cuesta de 300 metros que calculo sería del 18%... las piernas no responden, menos mal que la gente no para de animar, hay compañeros que se paran y suben andando, yo me niego, tengo claro que sólo caminaría si estuviera lesionado. Luego, ya bajada hasta el 19 y sube y baja  hasta la  meta.
Llego tan cansado al último km que ni siquiera fuerzo el ritmo (como hago siempre) y entro en meta en un grupo que bajamos de 1:35; paro el reloj en 1:34:50, y luego me entero que he quedado el 63.

 
El avituallamiento de la meta es increíble con agua, bebidas isotónicas, sandía cortada y…. grifo de ceveza Mahou para jartarte. Me ducho, y con David y Rubén (qué grandes sois), nos vamos a cervecear y a comer. Tras la comida y propuesta de volver a reunirnos en otra media menos indolente, y con más gente del grupo; vuelvo a casa…
Me quedo con la frase de Ken Chlouber “Hazte amigo del dolor, y nunca te encontrarás solo”;  yo, en El Escorial, no corrí sólo.
AGRADECIMIENTOS: A la ORGANIZACIÓN, con mayúsculas, qué ejemplo, que buen trato nos dieron a los corredores. Y , sobretodo, a los VOLUNTARIOS, que no pararon de animar; y a la gente que con sus mangueras no resfrescaron en este día de tanto calor.

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