Muchas hechos han acaecido en mi vida desde que decidí, dejar momentánemente el blog.
En cuanto a lo deportivo, desde la última carrera empecé a sentir dolor a nivel de la cadera derecha y de la pierna que me impedían correr con normalidad. Paré, volví, volvió el dolor... Decidí parar definitivamente y estudiarme.
Tras la Resonancia, se confirmó, que se me había reproducido la hernia a nivel L5-S1 ( estoy intervenido de la zona lumbar desde el año 2000). Tocaba parar, fortalecer y darme un tiempo.
Os imaginaréis todo el tiempo sin poder correr, lo que ha supuesto.
Simplemente, ver a compañeros corriendo por la calle, me ponía triste.
Meses de desconexión, autocuidado, lectura y añoranza. No sabemos la suerte que tenemos cuando podemos disfrutar con algo tan especial como el correr. Por eso, no caigáis en el obsesionamiento de marcas, por favor, disfrutad de entrenar.
Entre tanto, he "corrido" la maratón más maravillosa. Me casé el 25 de agosto con Leyre , mi compañera de vida. Nos fuimos de viaje a Japón, increible país con espectacular cultura. Yo ya iba enamorado de su cultura , pero he vuelto agradecido. Sensación de plenitud. Gente educada, con fuertes valores de civismo, religiosos (sintoismo-budismo) y de protección del entorno.
Posteriormente, nos fuimos 4 días a Bali, para desconectar.
Ya de vuelta, he empezado a correr. De momento, con cautela, pocos kms buscando el disfrute e ir sumando.
Después de 9 meses parado, el cuerpo te recuerda que para conseguir algo, hay que trabajarlo. Qué poco valoramos cuando estamos bien!.
Llevo 2 días seguidos, las piernas me recuerdan que no será rápido llegar al destino. No tengo prisa. Sé que no seré como antes, pero quiero disfrutar de mi pasión. Ilusión, cabeza y ganas no me faltan...
Un saludo,
Nacho
Zancadas y Libros
domingo, 16 de septiembre de 2018
jueves, 25 de enero de 2018
DESPEDIDA ...
Para Borges, decir adiós, es una jactancia del
hombre que se juzga inmortal; como si de algún modo intuyese que detrás de cada
despedida se esconde la posibilidad de un reencuentro, ya en otro tiempo y bajo
una nueva forma.
Quizás así me siento, que necesito bajarme en esta
estación. Este proyecto no muere, descansa.
Agradecer a los que habéis perdido algo de tiempo en
leer mis andanzas, mis pensamientos o mis críticas. Si os ha servido de algo,
me alegro…
Un placer,
Nacho
viernes, 12 de enero de 2018
CROSS DE REYES STADIUM CASABLANCA 2018
Como cada año, el día 6 de enero se celebró el Cross de Reyes del Stadium Casablanca. Se ha convertido en una tradición correrlo. Nos juntamos los amiguetes, tomamos café, vemos a la cantera y luego corremos el Cross.
El cross es la base de todo el que le guste correr. Fundamental en el invierno sentar las bases para recoger los frutos posteriormente. Lo que tiene de bonito el cross lo tiene de traicionero. Como no le tomes la medida, sucumbes. No hay nada más deseperante que ir sintiendo el ácido láctico, como va barnizando tus piernas. Esa opresión en el pecho que te dice “has regulado mal y no hay vuelta a atrás”. Eso es el cross, para mí, la esencia.
Llegaba, tras mi comentado parón por lesión, sin kilómetros, pero eso sí, con buenos entrenamientos las dos últimas semanas. Entrenamientos regenerativos de ácido láctico, basado en hacer ritmos por debajo y pegado al umbral láctico, para ayudar a la reutilización del ácido láctico. Pese a saber cómo estaba, me apetecía correrlo. Eso sí, con un plan marcado. La noche de antes, lo comentaba con mi amigo Juan, de https://aprendeacorrer.wordpress.com/, la táctica al ser cuatro vueltas será: pincel-brocha-rodillo-rodillo o bien, si el láctico me puede pincel-brocha-brocha –rodillo.
Un cross, el del Stadium, dónde el nivel suele ser medio-alto, tanto de seniors como de veteranos. Nos alineamos los veteranos en la línea de salida, esperando el pistoletazo. Las 4 vueltas en mi mente, y una palabra retumbaba dentro de mí “tranquilidad y disfuta”.
A sus puestos, pumm…. Se sale como galgos, los veteranos somos incombustibles. Damos vuelta al campo de césped artificial, giramos a la derecha y primera rampa. Me coloco en parte media del pelotón. Noto frío y sensación de que hoy los cuádriceps no tienen michas ganas de correr. Subimos la rampa y bajada que nos lleva a otra nueva subida. Voy adelantando, vamos en grupo.
Mi amigo Juan está a 70 metros. Intentaré acercarme. Kilómetro 4 en 3:51, veo la meta y decido esprintar los últimos 200 metros que salen a 3:39 de media. Entro noveno, por detrás de Juan. Tiempo global 15:48 y ritmo medio de 3:46 el km.
Muy contento, deseoso de empezar la temporada ya sin dolor…
El cross es la base de todo el que le guste correr. Fundamental en el invierno sentar las bases para recoger los frutos posteriormente. Lo que tiene de bonito el cross lo tiene de traicionero. Como no le tomes la medida, sucumbes. No hay nada más deseperante que ir sintiendo el ácido láctico, como va barnizando tus piernas. Esa opresión en el pecho que te dice “has regulado mal y no hay vuelta a atrás”. Eso es el cross, para mí, la esencia.
Llegaba, tras mi comentado parón por lesión, sin kilómetros, pero eso sí, con buenos entrenamientos las dos últimas semanas. Entrenamientos regenerativos de ácido láctico, basado en hacer ritmos por debajo y pegado al umbral láctico, para ayudar a la reutilización del ácido láctico. Pese a saber cómo estaba, me apetecía correrlo. Eso sí, con un plan marcado. La noche de antes, lo comentaba con mi amigo Juan, de https://aprendeacorrer.wordpress.com/, la táctica al ser cuatro vueltas será: pincel-brocha-rodillo-rodillo o bien, si el láctico me puede pincel-brocha-brocha –rodillo.
Un cross, el del Stadium, dónde el nivel suele ser medio-alto, tanto de seniors como de veteranos. Nos alineamos los veteranos en la línea de salida, esperando el pistoletazo. Las 4 vueltas en mi mente, y una palabra retumbaba dentro de mí “tranquilidad y disfuta”.
A sus puestos, pumm…. Se sale como galgos, los veteranos somos incombustibles. Damos vuelta al campo de césped artificial, giramos a la derecha y primera rampa. Me coloco en parte media del pelotón. Noto frío y sensación de que hoy los cuádriceps no tienen michas ganas de correr. Subimos la rampa y bajada que nos lleva a otra nueva subida. Voy adelantando, vamos en grupo.
Vuelta a al campo de fútbol y al césped de las piscinas. Marco el primer kilómetro en 3:40. No está mal, para entrar en calor. A partir de la segunda vuelta, decido inicialmente acelerar el paso, adelanto a 4 corredores y tiro, tras 500 metros me veo obligado a bajar el ritmo, marco el segundo kilómetro en 3:47.
Viendo que hoy no va a haber gesta, decido por lo menos regular hasta el final y ver qué pasa. Kilómetro 3 en 3:48, empiezan a pesar los cuádriceps. No bajo ni subo posiciones, estoy en tierra de nadie.Mi amigo Juan está a 70 metros. Intentaré acercarme. Kilómetro 4 en 3:51, veo la meta y decido esprintar los últimos 200 metros que salen a 3:39 de media. Entro noveno, por detrás de Juan. Tiempo global 15:48 y ritmo medio de 3:46 el km.
Muy contento, deseoso de empezar la temporada ya sin dolor…
martes, 9 de enero de 2018
SI.....
Hay
gente que corre porque necesita huir, yo corro porque necesito encontrarme.
Muchas son las bondades que nos aporta el correr, obviamente las físicas, pero
sobre todo, las psíquicas y las espirituales. Porque correr es un conjunto,
cuerpo-mente-alma. El correr es como la vida, te da y te quita. En el camino,
mejoramos. Por eso, cuando llega a tu vida se queda.
Los
que corremos, nos entendemos entre nosotros. Un cruce de mirada vale, para
reconocernos. El corredor, destila pasión, templanza y sobre todo, constancia y
tesón. La manera estoica de llevar a cabo nuestros entrenamientos forja nuestra
personalidad, haciéndola tranquila, metódica y comprensiva.
Correr
es otra manera más de meditar, de conocernos, porque corriendo llegamos hasta
las profundidades de nuestra alma. No hay nada que llene más como la soledad
del corredor de fondo. Zancadas que no son admiradas por nadie, pero que son
capaces de reconfortarnos.
En
1895, el autor inglés nacido en Bombay, Rudyard Kipling, escribe para su hijo, un
poema bellísmo, titulado If. En él, describe las reglas del comportamiento del buen británico. Me parece una buena
piedra angular para construir mejores personas…
Si...
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la han perdido y te culpan a tí.
Si puedes seguir creyendo en tí mismo cuando todos dudan de tí,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la han perdido y te culpan a tí.
Si puedes seguir creyendo en tí mismo cuando todos dudan de tí,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!
sábado, 6 de enero de 2018
SAN SILVESTRE CINTRUÉNIGO 2017
Tras
el éxito de la maratón de Lisboa, en octubre, vinieron días de descanso
programado y, lo que no quiere ningún deportista, el descanso forzado. Desde
principios de noviembre empecé a notar molestias en la cadera derecha que me
impedían entrenar. Decidí parar, centrarme en estirar, potenciar, trabajar la
técnica de carrera y ver la calle desde la ventana de mi casa. Pasan los días y
cuando estás parado, es cuando de verdad te das cuenta lo que necesitas
entrenar. Tu cuerpo y tu cabeza no funcionan igual.
A
mediados de diciembre, tras 25 días parado, comienzo a trotar. Noto alguna molestia, pero inesperadamente
me impresiona que el ritmo no lo he perdido. Si sufro la falta de kilómetros,
pero mis piernas recordaban los ritmos de los meses anteriores.
Sin tener nada
planificado, decido correr la San Silvestre de Cintruénigo, que siempre me da
suerte para empezar bien el año.
La
carrera tenía un recorrido de 5.75 kms, dándole 4 vueltas al circuito
establecido. La estrategia clara… Cabeza y confianza. Inicialmente, había
decidido colocarme discretamente en el medio del pelotón y luego a ver donde
llegaba, pero minutos antes decidí hacer un cambio… Saludos previos a amigos y
vamos a la línea de salida. Nuevamente con el dorsal en el pecho, volviendo a
sentir la emoción de una carrera.
3,2,1..
A volar, como siempre. Los chavales salen fuertes, cada año me sorprende. A los
200 metros me coloco primero y decido cambiar la estrategia. A romper la
carrera, y los que aguanten nos lo jugamos al final. Primer kilómetro a 3:30,
buena criba, nos quedamos cinco en cabeza. Damos la primera vuelta, me
concentro en las respiraciones de mis compañeros para ir testando
comparativamente con las mías, a quien el ácido láctico iría eliminando del
grupo.
Segundo kilómetro en 3:38. Se ha bajado el ritmo, un componente del
grupo se queda. Decido cambiar de estrategia, me coloco a final del grupo y
observo cómo van tirando los jóvenes. Por dentro, voy vislumbrando cada vuelta.
Eso es lo bueno de la experiencia, que cada vez lees mejor las carreras. Tercer
kilómetro, nuevamente 3:38.
Empezamos
tercera vuelta, uno de los componentes rompe definitivamente la carrera. El
mismo, que hace 3 años me ganó en esta carrera. Se va fácil. Salgo detrás, y me mantengo a 100 metros. Nadie me sigue. Pasamos el kilómetro 4 a 3:37.
Vamos a
llegar a la última vuelta, no me acerco al primero, y nadie se me acerca. Es
decir, estoy en tierra de nadie. Toca disfrutar, pensar en el tiempo parado y
gozar de poder correr sin dolor. Kilómetro 5 lo paso en 3:41, decido apretar
los últimos 750 metros a ver sobre todo, que sensaciones tengo. Consigo hacerlos
a ritmo de 3:22. Ritmo medio global de 3:35 min/km.
Entro
segundo. Muy contento. El cuerpo vuelve a responder.
Empezamos
la temporada….
miércoles, 6 de diciembre de 2017
LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER
AUTOR:
MILAN KUNDERA
EDITORIAL:
TUSQUETS EDITORES
Como
cada año, cuando llega la ceremonia de premiación del Nobel de Literatura, deseo
que mi admirado Murakami lo reciba. La tradición es la tradición y a pesar de
haber escrito obras maestras como Kafka en
la orilla o 1Q84, no tienen a bien dárselo.
En
el grupo de escritores que siempre están en todas las apuestas para
conseguirlo, se encuentra el checo Milan Kundera. No había leído nunca nada de
él, pero como pasa a veces, la casualidad hace que se cruce en tu camino.
Preparaba
un escrito sobre el gran Emil Zátopek, investigando sobre la primavera de Praga
de 1968 y libros que la relataran, y apareció ante mí, La insoportable levedad del ser, de Kundera.
El
título en sí, no invita a leerlo. Aún así decidí darle una oportunidad y empecé
a leerlo. Hay gente que piensa que es tedioso leer a Kundera, que a veces se “pierde“
el hilo narrativo, pero Kundera es de los escritores que deja párrafos para la
posteridad.
El
libro trata sobre el amor en pareja, la vida, los miedos, el tiempo, la soledad…
Estos temas están tratados libremente, sin obstáculos ni cortapisas. A veces,
es duro, pero esa dureza viene dada en lo que te provoca su lectura. Reflexión
y muchas veces, afirmamiento de lo que expone Kundera. Me ha recordado, en
ocasiones, al duro Hesse de El lobo
estepario. Por qué nos gusta llegar a los más hondo de nuestro ser, de
nuestros pensamientos?.
Después
de escribir este breve post, he leído el de otros lectores. Van desde el posicionamiento
antiKundera, por según ellos su visión machista de la vida y la sexualidad,
hasta los que como yo, no leemos los libros pensando en hombres y mujeres, sino
en sentimientos y sobre todo, lo que provoca su lectura en nosotros.
“El hombre lo vive todo a la
primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿
qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es la vida misma?
Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra
precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para
un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada,
un borrador sin cuadro”
La insoportable levedad del ser. Milan Kundera.
miércoles, 29 de noviembre de 2017
EL ESPARTANO
AUTOR: JAVIER NEGRETE
EDITORIAL: ESPASA
Cómo no comprar el último libro del gran Javier
Negrete. El autor, de la obra de arte Salamina,
se ha despachado con otra gran obra , El
Espartano. 1000 páginas sobre las guerras médicas, desde la batalla de
Maratón (490 A.C.) que conllevó el fin de la Primera Guerra Médica, hasta la batalla
de Platea (479 A.C.).
Para los que nos gusta la Historia, siempre nos
devaneamos entre la pureza de un texto histórico o entre la historia novelada. Es
muy difícil empezar este libro y dejar de leerlo. A través del principal protagonista,
el espartano Perseo, vamos descubriendo el Universo espartano, ateniense y persa.
Una delicia de libro, que todo apasionado de la
Historia Clásica, no debe perderse…
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