AUTOR:
MILAN KUNDERA
EDITORIAL:
TUSQUETS EDITORES
Como
cada año, cuando llega la ceremonia de premiación del Nobel de Literatura, deseo
que mi admirado Murakami lo reciba. La tradición es la tradición y a pesar de
haber escrito obras maestras como Kafka en
la orilla o 1Q84, no tienen a bien dárselo.
En
el grupo de escritores que siempre están en todas las apuestas para
conseguirlo, se encuentra el checo Milan Kundera. No había leído nunca nada de
él, pero como pasa a veces, la casualidad hace que se cruce en tu camino.
Preparaba
un escrito sobre el gran Emil Zátopek, investigando sobre la primavera de Praga
de 1968 y libros que la relataran, y apareció ante mí, La insoportable levedad del ser, de Kundera.
El
título en sí, no invita a leerlo. Aún así decidí darle una oportunidad y empecé
a leerlo. Hay gente que piensa que es tedioso leer a Kundera, que a veces se “pierde“
el hilo narrativo, pero Kundera es de los escritores que deja párrafos para la
posteridad.
El
libro trata sobre el amor en pareja, la vida, los miedos, el tiempo, la soledad…
Estos temas están tratados libremente, sin obstáculos ni cortapisas. A veces,
es duro, pero esa dureza viene dada en lo que te provoca su lectura. Reflexión
y muchas veces, afirmamiento de lo que expone Kundera. Me ha recordado, en
ocasiones, al duro Hesse de El lobo
estepario. Por qué nos gusta llegar a los más hondo de nuestro ser, de
nuestros pensamientos?.
Después
de escribir este breve post, he leído el de otros lectores. Van desde el posicionamiento
antiKundera, por según ellos su visión machista de la vida y la sexualidad,
hasta los que como yo, no leemos los libros pensando en hombres y mujeres, sino
en sentimientos y sobre todo, lo que provoca su lectura en nosotros.
“El hombre lo vive todo a la
primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿
qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es la vida misma?
Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra
precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para
un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada,
un borrador sin cuadro”
La insoportable levedad del ser. Milan Kundera.