martes, 30 de septiembre de 2014

EL UMBRAL DE LA ETERNIDAD

 
 
 
TÍTULO: EL UMBRAL DE LA ETERNIDAD

AUTOR: KEN FOLLETT
Nº DE PÁGINAS: 1148

EDITORIAL: PLAZA Y JANÉS

 Con El umbral de la eternidad, Ken Follett cierra la brillante trilogía que repasa lo acontecido en el siglo XX. La novela relata el periodo comprendido desde 1961  hasta 1989; la división de Berlín tras la II Guerra Mundial en dos mundos completamente diferentes separados por un Muro, la segregación racial en EEUU y la lucha por los derechos civiles, la Guerra fría y el final del Telón de Acero.
Algunos acusan a Ken Follett de sólo escribir best-sellers, como queriéndole quitar méritos a su forma de escribir. Lo que es cierto, que alguien que es capaz de escribir Los pilares de la Tierra, Un mundo sin Fin y esta Trilogía, debe ser, en mi opinión, ser correspondido con “algo” más que vender millones de libros. Porque aunque haya podido cometer algún mínimo error histórico al relatar lo sucedido en el siglo XX, esta trilogía es simplemente genial.
Conforme avanzaba en la lectura de este libro venían a mí dos sensaciones: Disfrute , por lo que estaba leyendo y Pena, porque se acababa esta trilogía.
Como final, me quedo con las palabras del autor sobre esta trilogía:

“Esta es la historia de mis abuelos y de los vuestros, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros”

lunes, 29 de septiembre de 2014

VIII MARATÓN DE ZARAGOZA


Y llegó la Maratón de Zaragoza. Al inicio de año, no entraba en mi planificación (Londres y Valencia), pero como había conseguido mantener la forma y había entrenado  bien durante el verano, decidí correrla. En esta decisión, pesó mucho, que lógicamente era en casa. La verdad, era la maratón con  la que menos sensación de autopresión iba; el objetivo era tomármelo como un rodaje largo de calidad. Saldría a ritmo sub 3, vería pasar los kilómetros y según como me encontrara atacar las 3 horas o bajar el ritmo.
La preparación ha sido quizás algo justa, sobretodo, de tiradas largas. He ido alternando diferente tipo de zapatillas. Bajo una inesperada corazonada, decido competir con las Skechers Gorun3, me sentía muy cómodo con ellas y  no había tenido problemas. Y soy de los que cuando toma una decisión, a muerte con esa decisión. No tenía dudas.
CARRERA: Temperatura agradable (menos de 20º, humedad alta). En la salida me junto con el grupo de la liebre de 3 horas (María José Pueyo), los primeros kilómetros se hace un poco “a tirones” y como iba mucha gente, decido abandonar el grupo y marcar un ritmo de 4:10-4:12. Nunca me ha pesado correr sólo, es más disfruto porque me centro en mí y en mis sensaciones. Paso el kilómetro 5 en 20:39. Sigo yendo en solitario y conecto con otro grupo, donde estaba Juan Romero, corredor local, con gran carisma (no pararon en darle ánimos en cada kilómetros), así que él mismo nos bautizó como el grupo de Juan. En lo que pude seguí sus indicaciones, me acercaba si me descolgaba…En fin, un verdadero placer correr a su lado. Marcamos ritmos de 4:05 -4:10. Paso el kilómetro 10 en 41:29. Y el 15 en 1:02:49, voy bien y manteniendo el  margen. El km 20 lo paso en 1:23:55, a partir de ahí el grupo acelera y decido descolgarme e ir a 4:10-4:13. La media la paso en 1:28, sensación ligera de carga en cuádriceps, la achaco a que hasta el 21 había habido alguna que otra cuesta. A partir del 23, empiezan las malas sensaciones, las piernas les cuesta mantener el ritmo y la sobrecarga va a más. El 25 lo paso en 1:44:31, con los cuádriceps a tope y sensación  de quemazón en el metatarso (nunca me había pasado, ni siquiera corriendo ultras). A partir del 25, me ha adelantado el globo de 3 horas, mis ritmos eran muy lentos, marcando 4:35, 4:45 y 4:50 . En un momento de lucidez, hecho cuentas. Aunque perdiera un 1 minuto por kilómetro, conseguiría hacer entorno a las 3:12-3:15, pero con una gran dosis de sufrimiento. Si hubiera sido otra maratón, o en el extranjero, la hubiera acabado, pero mi objetivo real es Valencia. Tomo la decisión en el 29 y la verdad, yo que soy muy competitivo y que no me gusta abandonar, salvo lesión, me lo tomo muy bien, sin sensación de fracaso. En el 30, marco 2:08:12 y estiro un poco más para retirarme, con otro corredor, un poco más adelante. Al final, 30,86 kilómetros en 2:12:51 , una media de 4:18.
No sé que ha podido pasar, esta sobrecarga tan pronto, el quemazón, quizás sea debido a una falta de tiradas largas o bien que no estaba tan acostumbrado como creía a las Skechers.
Al acabar, mi mirada no era triste ni de derrota, era de revancha. Este “fracaso” es un  trampolín para lo que llega, Valencia. Ahí, no puede fallar nada…